Cuando las limitaciones de espacio se transforman en una oportunidad de crear un oasis de naturalismo mediterráneo.
Mediterráneo puro
En este proyecto de paisajismo sostenible en Valencia, las limitaciones de espacio se transforman en una oportunidad para explorar la esencia del jardín mediterráneo: la relación íntima entre arquitectura, clima y vegetación. El reto consistía en suavizar la presencia de los materiales duros, pavimentos, muros, cerramientos y permitir que la vegetación asumiera el verdadero protagonismo. A través de un trabajo minucioso en la selección de especies, el verde se derrama sobre cada superficie, coloniza las grietas y difumina los límites, generando una atmósfera fresca y natural que amplía visualmente el espacio. Las texturas minerales, presentes en grava, piedra y cal, actúan como fondo neutro sobre el que se despliega un tapiz vegetal diverso y espontáneo. Aromáticas, gramíneas y especies autóctonas conviven en equilibrio, aportando movimiento, aroma y una paleta de tonos cambiantes a lo largo del año. Este pequeño oasis, concebido bajo criterios de paisajismo sostenible, demuestra que incluso en parcelas reducidas es posible crear jardines con identidad y profundidad, donde la naturaleza se impone con sutileza y la arquitectura se disuelve entre la sombra y el verde.
